¿Nunca has meditado antes? o ¿quizás no eres capaz de ser constante en tu práctica? Intenta empezar tu día con ejercicios de Mindfulness, son fáciles de hacer y te toman solo unos minutos.
Para cuando vas con prisas
Quizás no te das cuenta que muchas veces empiezas el día a 120 kilómetros por hora, corriendo sin respirar, estresada y sin apenas vivir en el presente.
Tranquila no eres la única, nos pasa a todas de vez en cuando, pero puedes pararlo.
Imagina tomarte unos minutos para respirar, para poder contemplar algo bello, para poder sonreír…, solo unos minutos pueden hacer cambiar el curso de tu día entero, y que empieces con una buena onda que hace tiempo que quizás no sientas por las mañanas.
Cada día es como un regalo que nos brinda la oportunidad única de vivir nuestro presente en todas las facetas de nuestra vida.
Mindfulness significa vivir intencionadamente y atentamente en el momento presente. Practicar estos ejercicios de mindfulness hará que tu día comience con una mente clara y un corazón abierto, además puede ayudarte a reducir el estrés y promover la relajación.
7 EJERCICIOS DE MINDFULNESS PARA EMPEZAR EL DÍA
- Cada mañana, en vez de saltar rápidamente de la cama, apenas abrir los ojos, dobla las rodillas y pon las manos en la barriga, o la derecha en el corazón y la izquierda en la barriga. Intenta tomar conciencia de tu respiración y haz mínimo dos minutos de respiraciones bien profundas. Obsérvate sin juzgarte y concéntrate en tu respiración. Inhala por la nariz profundamente llenando bien la barriga, y nota como crece al máximo. Luego exhala el aire profundamente por la boca vaciando la barriga totalmente. Al finalizar el ejercicio pregúntate como estás, como te encuentras, que piensas, que sientes. Esto te ayudará a empezar el día de diferente manera, con conciencia del momento presente y evitando que tu cerebro vaya acelerado, ya de buena mañana, pensando en todo lo que tienes que hacer.
- Siéntate en la cama y busca una postura cómoda manteniendo la espalda recta. No hay prisa, no te levantes todavía y dedica unos minutos a estar en silencio. Escucha los ritmos de tu cuerpo y los ruidos externos, sonidos que normalmente ignoras o que ni siquiera notas. Siente las sensaciones físicas en tu cuerpo, localiza si tienes tensión en alguna parte y relaja esa zona. Observa tus pensamientos, pero no te apegues a ellos, simplemente déjalos pasar. Respira profundamente. Si te pierdes en tus pensamientos, no juzgues, ni analices, simplemente vuelve a tu respiración, inhalando y exhalando por la nariz. Solo 3 minutos y empezarás el día con mejor pie. Luego si te gusta la experiencia, aumenta los minutos. Puedes seguir en silencio, o si prefieres escuchar una meditación guiada.
- Si vas hacia la ducha, hazlo con conciencia, estando presente, sintiendo el agua en tu cuerpo, la temperatura que tiene, el tacto con tu piel, el olor del jabón… Si tu mente se pierde en los pensamientos, vuele al aquí y ahora y concéntrate en el sonido del agua, disfruta y relájate. Que la ducha sea un momento exclusivo para ti. Un momento para cuidar tu cuerpo y apreciar su belleza. Si te lavas los dientes, lo mismo, mantente presente con lo que estas haciendo. Siente el contacto de la pasta de dientes en tu boca, el olor, la textura… Si estas desayunando disfruta con todos tus sentidos del desayuno. Observa los colores de los alimentos, el olor, la textura y mastica lentamente saboreando cada bocado. Practica con atención plena lo que estés haciendo en cada momento, vive el presente.
- Al despertarte, aún tumbada en la cama, ten a mano una libreta y un bolígrafo y tómate unos minutos para escribir una lista de todas las personas, lugares, cosas y actividades que amas. Estas son tus razones para vivir. Piensa en maneras en que puedes expresar o profundizar tu amor por una de esas cosas. Esta lista es genial para cuando tienes un mal día. Si te gusta escribir, sigue con este hábito y cada día al despertar escribe tus pensamientos, tus emociones, lo primero que te pase por la cabeza. No hace falta que escribas mucho, con que sólo sean tres páginas ya es suficiente. Esto te ayudará a poder expresar que esta pasando en tu interior, y conectar más contigo misma.
- Hacer unos minutos de estiramientos, yoga o ejercicio puede también ser una oportunidad para la práctica de ejercicios de mindfulness. Sea cual sea el ejercicio que hagas, presta atención a tres elementos: la respiración, las posturas que vayas adoptando y los movimiento que haces. Por ejemplo, si decides ir a correr, siente al aire en tu piel, escucha tus pisadas y los sonidos que te rodean, se consciente de tu respiración acelerada. Si te viene una oleada de pensamientos en tu mente, déjala pasar y trae de nuevo tu atención hacia tu cuerpo.
- Haz que el trayecto de casa al trabajo sea algo nuevo y sorprendente cada día. No vayas con prisas, siempre corriendo, y decide salir con tiempo suficiente para poder caminar con tranquilidad, fijándote en los detalles, en la gente, en los ruidos, en los olores, en la luz, en el movimiento…y aunque prestes atención a tus pies, mira hacia arriba, a las personas… y sonríe. Seguro que cada día te das cuenta de algo que no habías visto el día anterior. Si vas en coche, te ha pasado alguna vez que ¿has sido incapaz de recordar el camino que has hecho porque estabas sumergida en tus pensamientos? Apaga el piloto automático y vive la experiencia de conducir como algo maravilloso. Conduce tranquila, sin prisas, respirando profundamente por la nariz y concentra tu atención en los lugares por los que pasas, en los coches y señales que te cruzas… Toma conciencia del acto de conducir y de la postura de tu cuerpo. Por cierto, cambiar de ruta a menudo te ayuda a dejarte sorprender.
- Y el último, pero no lo menos importante, de los ejercicios de mindfulness que te propongo, es dedicar un minuto cada mañana para agradecer y ser consciente de todo lo bueno que hay en tu vida. A continuación, crea pensamientos e imágenes positivas de ti misma para el día que empiezas, visualízalo y mantenlo durante unos minutos. Hacer esto te traerá una sensación relajante para empezar el día contenta, consciente, conectada, calmada y con buena vibración. Cuando estás agradecida, y creas pensamientos positivos, no te dejas llevar por tus miedos. Al contrario, tu misma te estás dando una dosis de energía y te sientes capaz de hacer eso que tanto deseas.
Así que decide cual de los ejercicios de mindfulness te gusta más, y concéntrate solo en ese, haciendo que sea tu práctica diaria, hasta que se convierta en un hábito. Entonces lo habrás integrado como parte de tu vida cotidiana.
¿Por cuál ejercicio te gustaría empezar? o ¿Cuál crees que te será más fácil hacer? ¿Hay alguno que ya practiques?
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A lo largo del día también puedes pararte un momento y ser consciente del estado de tu cuerpo y mente. ¿Estás tensa? ¿Cómo es tu postura? ¿Te duele la espalda? ¿Estás apretando las mandíbulas? ¿Y los puños? ¿Como estás respirando? Nota tu respiración en cualquier momento y tan a menudo como puedas, y dedica un tiempo para ti, para cuidar, amar, meditar e imaginar una nueva forma de vivir.
Toma cada día por lo que es y vive la vida con atención plena, disfrutando a conciencia los momentos que te brinda. Esos momentos conscientes te llevarán a la paz. Y no olvides que la manera de empezar el día determina cómo te sentirás el resto de la jornada.
Si deseas empezar a meditar diariamente unos minutos, te recomiendo Medita 7Días, un mini curso online introductorio que te guía durante una semana para iniciarte en los conceptos básicos de la meditación.
Con cariño,
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«Disfruta de una vida interior tan vigorosa como la exterior»