Vivir el presente es mi devoción. Es amor lo que tengo por él, y nostalgia cuando no esta presente. Como lo echo de menos entonces, porque me hace sentir bien, me fuerza a conectarme, a vivir con plena atención.
Vamos que saca lo mejor de mi, ya que todas las experiencias en el aquí y ahora tienen el potencial de hacernos percibir nuestra verdadera naturaleza.
Soy muy pensativa, cuestiono las cosas, y razono un montón. Esta bien, pero mis pensamientos a veces van mucho más deprisa de lo que yo puedo asimilar, y por eso me gusta poder controlar mi mente y no dejar que ella me controle a mi.
Vivir en el presente me ayuda a focalizarme y alinearme. Si me mantengo en él durante largo tiempo, entro en ese continuo flow mágico, que me hace vibrar, sentirme Vigorosa Sexy Sana, disfrutar y simplemente estar.
Por ejemplo, cuando viajo a la aventura, sin apenas planes (que por cierto, es una de mis grandes pasiones), me es muy fácil vivir la magia que se crea cuando decido dejarme fluir por la vida. Me dejo llevar, me sumerjo en la experiencia del presente, y me siento en plena participación y disfrute con el proceso de la actividad que estoy realizando. Experimento una total absorción en lo que hago, y no tengo ningún interés en los pensamientos del pasado ni del futuro, siento una total libertad.
No hay mejor droga para mi cuerpo, mente y alma que la sensación que he vivido cuando he estado durante días y días en ese constante fluir, sin planear nada, sin pensar en lo que voy a hacer, o lo que hice ayer, simplemente estoy.
Cuando vivo mayoritariamente en el presente, vivo la vida como un milagro. Mis niveles de estrés se reducen al completo, disfruto más de la vida, me permite darme cuenta de pequeños detalles, estar más atenta a oportunidades, ver la belleza y simplicidad de las cosas, e incrementar mi efectividad y bienestar.
Los milagros ocurren todo el tiempo, unos pequeños y otros grandes, pero cada día pasan. El problema es que no los vemos, porque nuestra mente está la mayor parte del tiempo demasiado ocupada con todo, excepto en el momento presente. A ella le gusta ir al pasado y al futuro, y va saltando de uno a otro constantemente.
Pero, ¿y cuando no estoy viajando libremente? ¿Como consigo mantenerme en el ahora diariamente con todas mis obligaciones y quehaceres?
Pues la verdad no es fácil, a veces me cuesta mucho, pero sé que es cuestión de practicar, de mantener una práctica diaria hasta que vivir en el presente se convierte en una manera de estar, hacer, y de vivir la vida.
Y ¿Cómo practico vivir en el aquí y ahora?
Un proverbio Zen dice “cuando camines, camina. Cuando comas, come”.
Y eso intento, hacer una sola cosa cada vez y centrar mi mente en la tarea que estoy realizando, completándola antes de pasar a otra cosa.
Cuando estoy comiendo, intento focalizarme en lo que como y en como me sienta, no aprovecho para estar leyendo, no miro la tele (eso es fácil, ya que no la miro nunca) y no miro el móvil. Mi intención es disfrutar de mi comida, saborearla, masticarla lentamente, notar la textura y el olor.
Y lo mismo con el resto de cosas que hago. Practico cuando estoy en la ducha, consiguiendo disfrutar de ella, de sentir el agua en mi cuerpo, y evito pensar en lo que tengo que hacer luego. ¿Sabías que hay muchas personas que se duchan cada día con su jefe, su suegra o vecino? Si muchas.
Cuando estoy conduciendo, intento hacer solo eso, conduzco estando presente, observando bien por donde voy, y los coches a mi alrededor. ¿No te ha pasado a ti saltarte una salida porque estabas perdida en tus pensamientos? ¿poner el piloto automático, como si el coche fuera solo? a mi si, más de una vez.
Otro ejemplo es cuando hago ejercicio, me concentro en mi respiración y en el movimiento que hago con mi cuerpo. Y aunque no siempre lo consigo, así es como intento practicar con cada cosa que hago, incluso si lavo platos, cocino o limpio la casa.
El objetivo es practicar vivir en el presente el máximo de tiempo posible, focalizandome en lo que estoy haciendo en el ahora, y nada más.
Lo más grande es, cuando estoy haciendo algo sola que me apasiona muchísimo, como por ejemplo pintar (otra de mis grandes pasiones), mi mente se aquieta, hay pensamientos que pasan, pero muchos menos, y no les presto atención, me siento en paz.
Y, ¿qué pasa cuando estoy viviendo un presente difícil?
Me aparecen los miedos, y estos no son muy amigos del presente, me pueden hacer sufrir por futuros hipotéticos, es decir por cosas que todavía no han pasado. Si la dejo, mi mente se pierde totalmente en los pensamientos hipotéticos.
Para evitar perderme en los pensamientos, los observo. Inevitablemente mi mente irá al pasado o futuro, pero sé que debo mantenerme atenta y dejar ir esos pensamientos para volver al momento presente, sin forzarme a quitármelos de la cabeza, simplemente los acepto y los dejo pasar, ¡los suelto! y luego vuelvo al presente. Es tomar conciencia y mucha práctica, muchísima.
Cada vez que pillo a mi mente distraída en pensamientos que me perturban, intento ser amable conmigo misma y vuelvo al presente. Ser amable es importante, ya que el machaque no funciona en absoluto, es destructivo.
Vivir el presente requiere mucha práctica, ya que en realidad nunca se nos ha educado para que lo vivamos y disfrutemos tal cual es.
Desde bien temprana edad se nos enseña que debemos focalizar nuestra mente hacia el futuro. Debes aprender a planear, a hacer todo lo que haces pensando en tu futuro, y no simplemente por el placer de hacerlo.
Así pues, nuestras mentes están programadas para que cuando estés haciendo una cosa, en realidad, estés pensando otras mil más para saber cómo eso que estas haciendo ahora te va a servir en el futuro.
Y la realidad es que tanto pensar en el futuro, hace que finalmente acabemos haciendo un montón de cosas que en realidad no nos servirán. Para saber que queremos y sacar el máximo rendimiento de todo lo que hacemos, debemos de decidirlo desde el aquí y ahora, ya que lo que vas a sentir en el futuro es todavía incierto, no lo puedes saber, y lo vas a condicionar con un sinfín de hipótesis.
Pero si puedes saber lo que sientes ahora, puedes conectar y expresar tus deseos y emociones en el momento presente, dejarlos fluir e ir construyendo lo que deseas hacer sin pensar tanto en el futuro.
Cuando practicas vivir en el presente, puedes convertir todo lo que haces en una meditación. Clic para tuitearHe experiementado que si me concentro plenamente en la actividad que estoy haciendo en el ahora, puedo hacer que tareas como limpiar o cocinar se conviertan en una meditación, y en una actividad más placentera, por el simple hecho de prestar la atención y dedicación requerida.
Practicar, practicar, y practicar es lo único que puedo hacer para que finalmente llegue a vivir la mayor parte de mi tiempo en el presente.
Para mantenerme en el aquí y el ahora también utilizo el poder de concentrarme en mi respiración, inhalando y exhalando, y sentir como el aire entra y sale. Esto me ayuda a regresar al presente y además me relaja consiguiendo la serenidad y la atención necesaria para mantenerme presente.
Otra practica que me ayuda mucho a estar en el ahora es el estar agradecida.
Lee sobre la gratitud en: La magia de aprender a vivir con gratitud: la práctica diaria (parte 1) La magia de aprender a vivir con gratitud (parte 2) + Meditación
Vale la pena dedicar tiempo a la práctica de vivir cada momento con consciencia y presencia, porque cuando te concentras en el aquí y el ahora, conectas con la belleza e inteligencia más pura que hay en ti, y solo así puedes realmente sacar tu máximo potencial y vivir una vida más acorde contigo misma. Por cierto, si te interesa profundizar sobre el poder de vivir en el presente, tienes que leer a Eckhart Tolle.
Cuéntame, ¿Te pasa que cuando te pones a hacer algo que te apasiona, te hace fluir y aquietar tu mente con más facilidad?
¿Has vivido nunca ese estado de flow mágico que te comentaba? Si no lo has vivido, ¿cómo crees que lo puedes llegar a vivir?
Aquí presente 😉
Si hay alguien a tu alrededor que le cueste vivir en el presente, y crees que leer este artículo puede inspirarle, adelante compártelo.
«Cuando imaginas lo imposible creas la oportunidad de hacerlo posible»
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